viernes, 16 de septiembre de 2011


No hay siempre oscuridad.
Tampoco caminamos siempre por caminos del infierno o del purgatorio.
Hay mañana de otoño inquietas en las ventanas y largos caminos de primavera que comienzan cuando los elegimos caminar.

Ni ayer, ni hoy son iguales, ni tampoco tan diferentes. La memoria como la percepción del futuro son configuraciones fascinantes que hacemos cuando nos encontramos a cierta distancia de esos hechos. Quiero, deseo y celebro revivir mi pasado, el que me trajo hasta aquí de forma incesante como una película donde soy directora y protagonista, pero tampoco deseo vivir en esa película. Quiero, celebro y deseo caminar caminos que se parezcan a los que quiero caminar. Quizas solo se parezcan, lejanas fantasias de inmaculadas noches, pero que se parezcan ya me sirven para saber que me estoy moviendo.

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